domingo, 24 de febrero de 2013

Amor por los animales

Cojín petit-point de un niño con su perro
Cojín petit-point de un niño con su perro

—¿Por qué lleva seis perros?

—Estaban abandonados, los pobrecitos. Los fueron trayendo a mi casa, donde entreno a perros para ciegos. Éstos son nuevos y están muy verdes todavía.

—Entonces, lo hace usted por amor a los ciegos.

—Bueno, también podría decirse que lo hago por amor a los perros. Necesitan pertenecer a alguien, como las personas.

Aquello era interesante, pensó Michel, convencido de que se hallaba ante la quinta clase de amor.

—¿Y usted qué saca de eso? —preguntó a la instructora.

 
Detalle de la cara del niño y el perro
Detalle de la cara del niño y el perro
 —Yo les enseño a conducir un ciego, y ellos me enseñan a mí a conducirme por la vida. Los perros me han adiestrado en el arte de vivir el presente. Me han enseñado a estar alegre sin motivo y a no perder las ganas de jugar. ¿Qué más puedo pedir?

La mujer acarició unas cuantas cabezas antes de seguir:

—Antes yo era una persona huraña que no mostraba nunca mis sentimientos. Gracias a los perros de la calle sé dar afecto incondicionalmente y no me separo de las personas que quiero. También sé defender lo que amo cuando es necesario. Y no hablo sólo de perros. Cuando amas a los animales, sin darte cuenta te vuelves más civilizado.

«Un corazón lleno de estrellas». Alex Rovira y Francesc Miralles.
Detalle de la guirnalda de flores
Detalle de la guirnalda de flores

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